Chat y vídeo gratis
Es la misma fórmula que en la mayoría de los otros sitios de chat: selecciona un nombre, responde a preguntas estúpidas y, de vez en cuando, tienes que darles una dirección de correo electrónico. Zzz. Free Chat and Video destroza esa fórmula.
Terminas en la página principal y ya estás dentro del juego. Un toque y ya estás viendo a una persona real (o enviándole un mensaje) un segundo después. Nada de pregonar funciones, nada de pasar por el aro, solo conversación inmediata y real en cuanto llegas.

¿Por qué permanece la multitud?
Sí, es gratis y eso siempre es una sensación agradable, pero la verdadera razón es la emoción que sientes cada vez que abres la aplicación. Fíjate, por eso es adictiva:
- No tienes que prepararte: inicias la aplicación y la conversación ya está en marcha. Un toque, sin esperas.
- Mira a la otra persona a la cara o mantén la informalidad con un texto: cambia sobre la marcha sin que se dé cuenta.
- El azar es todo el juego: nadie espera un perfil atractivo, sino que se salta directamente a chatear con quien sea.
- Tu actitud, tus normas: si el otro no te gusta, déjalo y busca al siguiente. ¿Te llevas bien? Quédate.
- Estás hablando con el mundo: desliza el dedo y podrías estar chateando con el hijo del vecino o con otra persona al otro lado del mundo.
No se trata de tener la mayor cantidad de bits en tu biografía, o el selfie perfectamente fotogénico. Es la emoción de no adivinar en absoluto quién eres hasta que se enciende el chat y las cámaras.
Una mezcla de diversión al azar
Aquí las reuniones tienen su propio ritmo.
- Algunos días es un flash rápido de cinco minutos: te ríes, cambias y todo el ambiente es "¡siguiente!".
- Otros días, te encuentras sumergido en cuentos, con las horas borrosas como el hielo bajo el sol.
Sea cual sea el ritmo, uno se va con un chiste en el bolsillo, una idea suelta o una nueva forma de ver las cosas.
Es como hacer girar los diales de la radio, pero en lugar de melodías, es una cadena de personas reales. Primero, un chiste. Después, una discusión totalmente aleatoria sobre las mejores patatas fritas. A veces, el dial aterriza en un gran tema real que nunca viste venir y pulsas "cerrar", pero se te queda grabado.
Aumenta el ambiente
El chat y el vídeo gratuitos se experimentan mejor una vez superado el nerviosismo escénico. No hace falta guión ni luz de llamada. Algunos retoques hacen que un "más o menos" se convierta en un "vaya, me gusta el ambiente que se respira aquí":
- Llegue con una reacción: una sonrisa, un gesto con los ojos en blanco, un bufido que quizá sea un poco audible en la grabación. Esos pequeños gestos iluminan toda la sala.
- Pedir algo que abra las puertas hasta el final: "¿Qué es lo más raro que te metes en la boca?" es años luz mejor que "¿Qué pasa?" todos los días.
- Cambia de juego: empieza escribiendo y, cuando te sientas cómodo, pasa al vídeo como si al final hubieras descubierto la contraseña.
- Mantenga esa sensación de despreocupación: las personas permanecen cuando las cosas se sienten felices y sin complicaciones.
- Tú eliges el ritmo: saltos rápidos o estiramientos; tú decides.
Se nota que las discusiones fluyen mucho mejor si les das espacio en lugar de meter todas las ideas.
Siempre nuevo, sin déjà vu
Lo mejor es que no se repite. No hay deslizamientos, ni caras que se mezclen. Hace borrón y cuenta nueva cada vez que pulsas y te deja en un lugar completamente distinto. El elemento sorpresa es la salsa mágica.
- Una conversación es como una actuación de monologuista gratis, de las buenas.
- Otra es como una sesión de terapia gratuita, y la factura sigue siendo cero.
- Luego está la tontería de rifar sobre cosas al azar, y es lo mejor de tu noche.
Es ese enigma lo que hace que la gente vuelva. Sin algoritmos extraños, sin un ambiente frenético, sin tener que hacer esto ahora. Gente, vibraciones positivas y la libertad de salir cuando quieras.
Por qué lo gratuito es importante
Muchas otras aplicaciones te permiten hacer videollamadas, pero aquí, "gratis" es más que una palabra de moda: es una norma. No hay ningún muro de pago para acceder a funciones interesantes, ni anuncios incómodos que te obliguen a actualizar. Todas las cosas que hacen que este ambiente sea divertido están totalmente abiertas desde el principio, por lo que nunca te encontrarás pensando que podrías haber mejorado para obtener alguna ventaja oculta. Todo forma parte de la maldita fiesta desde el momento en que entras, sin condiciones.
Una casa para cada estado de ánimo
Esa es la premisa de su nombre: Free Chat and Video no está aquí para encerrarte. Es un lugar de encuentro interactivo que va donde tu mente sienta que se dirige. Es como un cinturón de artilugios en el que te enganchas aquella herramienta que te resulta útil en ese momento, en lugar de una plataforma estática que te exige una actuación en el lugar.
- Cuando estés hablador, deja el vídeo y disfruta de la emoción de las caras en tiempo real. Una sonrisa, una carcajada, ese pequeño "whoa" que levanta la ceja: todas esas pequeñas cosas que hacen que las palabras sean fuegos artificiales.
- Cuando realices varias tareas a la vez, envía mensajes de texto. Envía mensajes de texto mientras te tomas tu tercera taza de café, ojeas el correo electrónico o descansas en la cama. Sin cronómetro ni marcador. Sólo el zumbido relajado de una conversación informal, a tu ritmo.
- Cuando te sientas nervioso, llama a un número al azar y mira adónde te lleva el destino. A veces acabas con un cómico, otras con un inesperado consejero vital, o quizá con alguien cuya risa te produce una alegría instantánea.
- Cuando necesites una cálida manta de conversación - Trae al colega cuya ética de trabajo es nula. No todas las conversaciones tienen que alargar la noche. Algunas charlas son como acurrucarse en un recuerdo que habías pasado por alto.
- Cuando no te quede nada, sal por la tangente durante diez minutos, ríete un poco y vuelve a tu lista de tareas. No hace falta que cada vez sea la historia de tu vida.
- Cuando sientas la ola, apóyate en ella a largo plazo, derrama un poco más y deja que la noche te arrastre. El chat y el vídeo gratuitos te permiten alargar o acortar el tiempo a tu antojo.
Esa es la magia: nunca exige un estado de ánimo determinado. Un día necesitas una dosis de adrenalina; otro, deseas un céfiro. Ambos estados de ánimo residen en la misma estantería, a la espera de que pulses el botón.
Por qué volverá a por más
De todos modos, la mayoría de la gente no piensa quedarse tanto tiempo. La gente se acerca por interés, quizá enarcando una ceja aquí o allá. Entonces surge la chispa. Una buena conversación se convierte en otra y, de repente, una promesa de cinco minutos se convierte en un "¿dónde se ha metido el tiempo?" de treinta minutos.
La voz y el vídeo totalmente gratuitos hacen que empezar sea ridículamente fácil. Sin descargas, sin trucos, sin complicaciones. Sólo tú y otro ser humano en una pequeña y relajada burbuja, y tú decides a dónde va la discusión a partir de ahí.